El verano más caluroso de la historia ha dejado temperaturas récord en toda España y una sensación de sofoco que todavía no acabamos de quitarnos, por mucho que el refrán recuerde que en «agosto, frío en el rostro». Buscar la forma más eficaz de refrescarse se ha convertido casi en una técnica de supervivencia y ha provocado un notable aumento de la demanda de aparatos de aire acondicionado y climatizadores, y no solo en las regiones donde tradicionalmente el termómetro marca registros más elevados.

Ya en junio, muchos comercios de todo el país se habían quedado sin existencias de estos dispositivos y, en lo que respecta a los equipos que precisan de instalación, los profesionales y especialistas en aire acondicionado estaban completamente saturados de trabajo.

Según datos de Idealista, tan solo uno de cada tres hogares españoles (apenas un 36 %) cuenta con un sistema de refrigeración. En el centro y el sur de la Península las cifras superan la mitad (en Sevilla y Córdoba, prácticamente tres cada cuatro casas ya lo tienen: 73 % y 71 %, respectivamente). Pero en las provincias del norte peninsular el parque de aire acondicionado instalado se sitúa por debajo del 2 % de los hogares, y esto incluye provincias como A Coruña pero también Lugo y Ourense, que en ocasiones tiene las temperaturas más altas de España.

Muchos consumidores españoles se han decantado por los aires acondicionados portátiles, que cuentan con ventajas como la eficiencia energética, un precio más contenido y que no necesitan una instalación fija. Una tendencia de consumo que han notado especialmente en Mc Haus, marca especializada en muebles y electrodomésticos para el hogar, cuyas previsiones de venta se dispararon esta temporada hasta alcanzar un 201 % más de lo esperado.

Mc Haus cuenta con una gama de refrigeradores portátiles entre los que se encuentran los modelos Artic-12 y Artic-20, el primero de los cuales hemos tenido ocasión de probar. Con etiqueta de eficiencia energética A, consume la mitad de energía que un sistema de climatización convencional, con el consiguiente ahorro en la factura eléctrica, y a la vez ofrece buenos resultados a la hora de mantener fresco el ambiente.

Con una capacidad de 1.765 frigorías (7.000 BTU), el Artic-12 es ideal para refrescar habitaciones de  alrededor de 17 metros cuadrados. El diseño con tubo de salida extensible (de 40 a 150 centímetros) es muy eficiente porque expulsa el aire caliente hacia el exterior de la vivienda u oficina. Incluye un accesorio para adaptarlo a la ventana (tiene que ser de tipo corredera) y que el calor de fuera no se cuele al interior.

Como todo aire acondicionado, genera agua durante el proceso de condensación y de evaporación,  que se acumula en un depósito inteligente de 360 ml. Este modelo necesita poco mantenimiento, ya que extrae casi el 100 % del agua por el tubo de extracción de aire. No obstante, en algunas zonas con mucha humedad el indicador de agua nos avisará cuando el depósito esté lleno para poder vaciarlo.

A través de un panel led en la parte superior o mediante el mando a distancia podemos escoger los tres modos de uso: Cool (refrigerar), Dehumidify (deshumidificar) y Fan (ventilar). Dispone de dos velocidades del ventilador, temporizador programable y un modo noche que reduce el ruido para que no entorpezca el descanso.

En la construcción de este aparato se ha utilizado la última tecnología de compresor de aire, por lo que genera un bajo impacto sonoro cuando está a pleno funcionamiento. Obviamente, no podemos esperar que sea tan silencioso como un ventilador tradicional, que no enfría el aire, solo lo mueve. Pero siempre podemos bajar la potencia del caudal de aire cuando hayamos reducido la temperatura interior.

En nuestras pruebas, el Artic-12 fue capaz de rebajar un grado y medio de temperatura en un salón en apenas media hora. Partimos de 25,5 grados centígrados y, marcando un objetivo de 23 grados y poniendo el aparato en el nivel mínimo, rápidamente la temperatura bajó a 24,5 grados. En tres cuartos de hora, el calor dentro de la habitación ya había descendido dos grados, que se nota y mucho.

El nivel medio de ruido fueron 63 decibelios, con mínimos de 58 decibelios y picos máximos de 76 en momentos puntuales. Algo mejorable es el tiempo que tarda en dejar de funcionar el ventilador cuando lo apagamos, aunque no dejan de ser unos segundos. El refrigerador pesa 20 kilos, pero incorpora un asa y cuatro ruedas multidireccionales para transportarlo fácilmente.

El Mc Haus Artic-12 cuesta 179 euros y si queremos una opción más potente tenemos, dentro de la misma serie, el Artic-20. Con capacidad de 2.268 frigorías (9000 BTU), abarca estancias de 22 metros cuadrados y también está catalogado con clase de eficiencia energética A. Consume la mitad de electricidad que un aire acondicionado convencional y cuenta con la misma salida de tubo extensible. Cuesta 369 euros.

Serxio González / M. Alfonso

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