Si se rompe, ¿se arregla?: el dilema de reparar electrodomésticos o renovarlos | Norte Chaco

2022-09-17 13:41:29 By : Mr. Nikki Qin

Los valores de estos bienes, difíciles de alcanzar para el poder adquisitivo actual, hacen que se recurra a un técnico especializado para prolongar su vida útil.

Una de las mayores inversiones que se deben encarar al formar un nuevo hogar es equiparlo para la vida cotidiana. Heladera, cocina, horno eléctrico, lavarropas, acondicionadores de aire, ventiladores, termotanque y pava eléctrica son algunos de los ítemes básicos que, más que recordar la composición de antiguas listas de casamiento, representan los requisitos mínimos de habitabilidad en la actualidad.

Una vez lograda la deseada libertad de la vida adulta, el primer aprendizaje es la adaptación de los gastos cotidianos a los ingresos y a la dinámica inflacionaria del país. La situación se encara mes a mes, pero entre los imponderables que suceden está el hecho de que algún electrodoméstico deje de funcionar y esto abre un dilema de proporciones para la castigada economía actual.

EL DILEMA: ARREGLAR O COMPRAR OTRO NUEVO

La primera opción que se evalúa, si es un artefacto de tamaño pequeño o de costo no muy alto, es la compra de uno nuevo para reemplazar el que ha fallado. Se suele recurrir a las cuotas con alguna tarjeta de crédito, pero en la coyuntura actual la mayoría de las familias tiene los cupos al límite. Y en esos casos y en los que implican a un bien de proporciones mayores la reparación pasa a ser la alternativa excluyente. Pero el detalle es que, casi exclusivamente, el servicio se debe abonar de contado.

Como nota general, cualquier rotura es sumamente específica, por lo tanto los valores indicados son ilustrativos, amén de que dependen de si se acude al servicio oficial o a algún técnico de manera informal. Y es de notar que en el cálculo del presupuesto, además del valor de los repuestos, incide el del propio bien.

ELECTROS DE LÍNEA BLANCA, LOS INDISPENSABLES

Al encarar la aventura de la vida independiente, ya sea porque se ha conseguido el primer trabajo estable o se ha formado una pareja de convivientes, el artefacto imprescindible es la heladera, dada la necesidad de conservar los alimentos. Con precios que empiezan en los 80.000 pesos y llegan hasta 170.000 para los equipos nuevos estándar (no de lujo) en las cadenas comerciales del rubro, cualquier desperfecto que altere su correcto funcionamiento no será tomado como una grata noticia. Fallas del motor y el cambio de gas son los problemas más comunes, y el hecho de tener que buscarla a domicilio y volver a llevarla agregan costos logísticos que hacen que llamar al service no baje de los 20.000 pesos.

Una cocina con cuatro hornallas y horno se puede conseguir por 40.000 pesos, y las más caras superan los $200.000. Las averías clásicas son la pérdida de gas y el deterioro de las chapas que forman su armazón. Dejarla apta para el uso, con limpieza incluida, puede significar un desembolso de 15.000 pesos.

Un horno eléctrico de tamaño medio tiene un valor que ronda los 30.000 pesos, y en tamaño grande los $50.000. El cambio de las velas y el reemplazo de los controles son las reparaciones indispensables tras un tiempo de uso. La limpieza también es crucial, de modo que aggiornar estos dispositivos implica un gasto de al menos 10.000 pesos.

Los anafes eléctricos de dos hornallas de 2000 a 2400 watts valen entre 10.000 a 13.000 pesos, por lo que se debe evaluar si la magnitud de la reparación compensa comparada con la compra de uno flamante. Lo mismo vale para las pavas eléctricas, cuyo precio en marcas conocidas oscila entre los 7000 y los 11.000 pesos.

El lavarropas más barato, con prestaciones básicas, ofrecido en plaza tiene un valor de 30.000 pesos. Por un modelo que cuente con función de centrifugado se deberán desembolsar al menos 60.000 pesos, y aquellos con capacidad de 10 kilos con tecnología inverter se consiguen por $170.000. El reemplazo de la cuba y de las placas electrónicas son los casos más comunes, e implican un valor de alrededor del cuarenta a cincuenta por ciento de lo que cuesta uno nuevo.

En nuestra zona, splits y acondicionadores de aire de los llamados ‘ventana‘ o ‘de pared‘ son imprescindibles ante un clima que registra altas temperaturas la mayor parte del año. Los primeros arrancan en los 70.000 pesos -modelo de 2500 frigorías-, y en equipos de 5000 a 6000 fg alcanzan los $300.000 (luego ha de considerarse aparte el costo de su instalación).

Entre los segundos, la brecha es de 85.000 a 160.000 pesos. Limpieza, carga de gas y cambio de placas son los motivos más comunes de visita al taller, que en su versión más amigable arranca desde los 15.000 pesos.

Un ventilador de pie de los llamados industriales tiene un costo de 35.000 pesos. Uno de techo vale entre 20.000 y 35.000 pesos. Renovar el bobinado y cambiar las aspas significarán para el bolsillo al menos 5000 pesos.

Alrededor de 40.000 pesos vale un termotanque eléctrico de 55 litros de capacidad. El cambio del ánodo, mantenimiento por antonomasia en estos artefactos, representa 3000 pesos y otros 3000 de mano de obra.

En suma, la decisión de reparar o comprar otro nuevo depende de cada caso particular.