Un ventilador junto al aire acondicionado permite ahorrar hasta un 75%

2022-09-03 11:57:37 By : Mr. cai lei

Un ventilador a potencia media-alta nos permite ahorrar entre tres y cuatro grados de termostato en nuestro aire acondicionado

No existe una receta mágica única para ahorrar usando aire acondicionado y ventilador. Pero sí una estrategia óptima que permite gastar mucha menos electricidad, según ha demostrado un reciente estudio de la Universidad de Sídney. Según han publicado en The Lancet Planetary Health Arunima Malik y el profesor Ollie Jay, “soluciones de bajo coste para ahorrar, como los ventiladores” pueden recortar el consumo energético “hasta un 70-75%“ si se usan con un aparato de aire acondicionado.

A menudo recurrimos a los acondicionadores cuando hace calor, pero los ventiladores de toda la vida, colocados estratégicamente en la habitación, pueden evitar que aquellos aparatos estén funcionando todo el rato. Al usar ventiladores interiores, el termostato del aire acondicionado puede llegar a subirse hasta 4ºC, lo cual permite ahorrar en su factura, notablemente más cara y con más impacto ambiental que la del ventilador. Eso sí, esto lo han medido en casos en que la temperatura no sube de 40ºC.

Según el estudio, el umbral de temperatura antes de que se vuelva incómoda para los humanos es mucho más alto cuando corre una ligera brisa en la habitación. Pero, también, si el ventilador consigue mover las masas de aire frío hacia nuestra altura. En muchas ocasiones, la disposición de los chorros de los acondicionadores hacen que sólo se esté fresco a nivel de suelo, explicaba a Newtral.es la arquitecta del Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc – CSIC) Teresa Cuerdo, cuando hablábamos de adaptación a la emergencia climática de las viviendas de España.

En su modelo, realizado en Australia, observaron que el nivel de confort no era muy diferente entre quienes están en una habitación permanentemente refrigerada con aire acondicionado y quienes están en otra con aire más ventilador. Pero el acondicionador, programado a 3 o 4 grados más de temperatura. Los factores que provocaron el gran granizo de Girona

Los factores que provocaron el gran granizo de Girona

En concreto, según su proyección, aproximadamente el mismo confort alcanzado programando un climatizador a entre 25ºC y 26ºC se logra poniéndolo a 29ºC, pero sumándole un ventilador estratégicamente colocado. Sus aspas deben girar al menos a 0,8m/s (velocidad media-alta). Eso sí, este modelo funciona cuando la temperatura exterior, por lo general, no supera los 40ºC-42ºC, según han medido.

“Los ventiladores generan velocidades de aire más altas en la superficie de la piel, lo que eleva el coeficiente de transferencia de calor por convección. Producen una tasa similar de pérdida de calor por convección desde la piel que las que produce el aire acondicionado”, explican en su trabajo. O sea: el objetivo de un aparato de aire es enfriar el aire, pero no necesariamente hacernos sentir mejor.

Para Cuerdo, “ahora que hemos aprendido sobre la importancia de una buena ventilación de los espacios, tenemos que jugar con el equilibrio de mantener ese aire enfriado y, a su vez, garantizar su renovación“ y su calidad. Aquí, arquitectura y mecánica entran en juego. Pero también, física básica: “sabemos que el aire frío [del chorro] va a pesar más y bajar”. Un ventilador que lo eleve y lo ponga a circular servirá para ayudar a que esté justo donde tiene que estar. La gripe del tomate, que ni es gripe ni es tomate

La gripe del tomate, que ni es gripe ni es tomate

La ligera ‘brisa’ que genera un aparato a unos 2 m de distancia garantiza esa transferencia de calor de nuestra piel. O sea, sentiremos ese frescor en nuestro cuerpo que rebajará la sensación térmica. No obstante, en este complejo equilibrio, factores como la humedad relativa de la estancia son también importantes.

Hasta aquí, pareciera que el trabajo del profesor Jay es una oda al ventilador sin más. Pero Cuerdo reconoce que el aire acondicionado es un aliado. Devorador de vatios (y, por ello, emisor indirecto de CO2 y directo de calor), pero necesario en nuestras latitudes.

Sostiene desde hace tiempo que “existe abundante evidencia científica en torno a las consecuencias para la salud de la exposición prolongada a ambientes no confortables”. El estrés térmico por exposición a espacios no acondicionados “se relaciona con riesgos para la salud y una merma en la capacidad de resistencia vírica”.

Es decir, nos guste o no, con mayor o menor impacto ambiental, el aire acondicionado es necesario en los veranos de la mayor parte de España. Y este año se ha convertido en un objeto de lujo. “Algunos no son conscientes de que viven con cierta pobreza energética –dice Cuerdo–, no encienden el calefactor o el aire acondicionado, aunque lo tienen“. Hay quien sufre esa ausencia de confort térmico o quien, pudiendo teletrabajar, se va a la oficina, que está climatizada.

Algunas personas no son conscientes de que viven en cierta pobreza energética. Tienen aparatos, pero no los encienden por no gastar.

Los barrios con viviendas peor aclimatadas sufren más mortalidad por olas de calor y noches tórridas que los de zonas de mayor renta. “Hay aparatos, pero no los encienden. No se lo pueden permitir. Pasa con los calefactores también”. Pobreza energética en invierno y en verano.

El ventilador puede ser un aliado, pero si la casa no está bien aislada… Para Javier Martínez Moronta Profesor en la UNIR y arquitecto BIM especializado en eficiencia energética, “la diferencia máxima recomendada entre el exterior y el interior no debe superar los 12℃. Esto supone que en los peores días del verano (34-38℃) estaríamos cubiertos con la horquilla de 24 a 26℃”. La cosa se complica cuando se superan los 40ºC, como esta semana.

Martínez Moronta da una serie de consejos en The Conversation: “En caso de tener un único punto de frío, abrir y cerrar las puertas para configurar el flujo de aire hacia las zonas que le interesen en cada momento. Priorizar los espacios vivideros, ya que cocinas o baños no requieren climatización, dado su uso”, explica.

Y con cuidado, porque el aire frío y seco del aparato puede afectar a nuestra salud. Sobre todo al cambiar tan bruscamente entre el interior y el exterior.

Igual que apagamos la luz al dormir, podemos hacerlo con el aire, una vez hemos conciliado el sueño. “De media, dejar encendido el aire acondicionado de noche puede suponer un sobrecoste de entre 2 y 3 euros por día”, ejemplifica Martínez Moronta. Si por la noche usamos un ventilador de techo, podremos aliviar esos extremos en que es difícil conciliar en sueño, por encima de 20ºC. Ahí no es tan importante que el aire caliente baje, pues no es tan, tan caliente.

Los investigadores de Sídney también realizaron un análisis de coste-beneficio sobre el impacto ambiental de combinar ventilador y aire acondicionado. Vieron que el beneficio, desde la perspectiva de ahorrar emisiones de gases de efecto invernadero, superó incluso el cambio de bombillas incandescentes a led.

“Los acondicionadores de aire alimentan un ciclo de alto consumo de electricidad, a menudo de centrales eléctricas de combustibles fósiles que a su vez contribuyen a un mayor aumento de las emisiones”, precisa Jay. “El último Informe de Evaluación del IPCC sobre la Mitigación del Cambio Climático enfatiza la necesidad de adoptar estilos de vida bajos en emisiones, “incluidas las opciones de enfriamiento para el confort térmico”, añade su colega Arunima Malik.

Un ventilador a una velocidad de hasta 1,2 m/s con el uso ocasional del aire acondicionado, en comparación con los acondicionadores solos, resultó en una reducción de 5.592 GWh a 1.344 GWh. Y las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas pasaron de 5.091 kilotoneladas a 1.208 kilotoneladas.

“Al aumentar el movimiento del aire interior con ventiladores, se puede sentir lo mismo a una temperatura más alta que a una temperatura más baja usando una unidad de aire acondicionado. Esto es algo realmente fácil que la mayoría de la gente puede hacer ahora”, concluye Jay.

Estudio sobre el potencial de los ventiladores interiores con aire acondicionado, en ‘The Lancet Planetary Health’

Estudio sobre mortalidad relacionada con el calor por cambio climático en ‘Nature Climate Change’

Estudio sobre mortalidad y noches tórridas en ciudades sureuropeas, en ‘Epidemiology’

Ollie Jay, director de la Incubadora de Salud y Calor de la Universidad de Sydney

Teresa Cuerdo, investigadora del Instituto Eduardo Torroja – CSIC

Javier Martínez Moronta, Profesor UNIR y consultor eficiencia energética (en The Conversation)

He leído y acepto la Política de privacidad *